El dengue es una enfermedad de trasmisión vectorial, trasmitida por la hembra del mosquito Aedes aegypti, mosquito pequeño, oscuro con rayas blancas en el dorso y en las patas, que se lo conoce también como "patas blancas".
La hembra se alimenta de sangre humana para poner sus huevos. Al mismo tiempo puede adquirir e inocular el virus del dengue, usa recipientes con agua cerrada protegida de la luz (floreros, porta macetas, latas, botellas, cubiertas usadas, etc.) para depositar sus huevos próximos a la superficie quedando adheridos a la parte interna de los recipientes artificiales o naturales, los cuales se convierten en criaderos de estas especies. Las larvas que salen de los huevos viven en el agua por una semana aproximadamente y luego se trasforman en ninfas, que luego de unos dos días dan paso a un mosquito adulto listo para picar.
Manifestaciones clínicas.
Existen cuatro síndromes clínicos del dengue:
· Fiebre indiferenciada.
· Fiebre de dengue o "Dengue Clásico".
· Dengue hemorrágico.
· Síndrome de Shock del dengue. (forma grave de DH)
La transmisión es indirecta, a través de los vectores biológicos mencionados. Se realiza por la picadura del mosquito hembra infectado.
Las hembras se infectan cuando se alimentan de sangre contaminada, cuyas proteínas requieren para el desarrollo de los huevos. El insecto está muy adaptado al ambiente urbano. Es una especie diurna, con mayor actividad a media mañana y poco antes de oscurecer. No hay transmisión por contacto directo con una persona enferma, sus secreciones, ni por contacto con fuentes de agua o alimentos. Su período de incubación gira alrededor de los 7 días. El tiempo intrínseco de transmisibilidad corresponde al de la viremia de la persona infectada. Comienza un día antes del inicio de la fiebre y se extiende hasta el 6° u 8° día de la enfermedad.
La infección que causa el virus resulta en un amplio espectro de presentaciones clínicas, que van desde formas asintomáticas y subclínicas hasta cuadros muy graves con compromiso vascular, afección de órganos y sistemas que se asocian a mortalidad. La fiebre indiferenciada puede ser la manifestación más común del dengue. Un estudio de infección de dengue realizado en Bangkok, Tailandia, (Burke, DS., et al. Am J Trop Med Hyg 1988; 38:172-80) encontró que la mayoría de los infectados por el virus del dengue (90 de 103) 87% fueron asintomáticos o mínimamente sintomáticos. Otros estudios que incluyeron todos los grupos de edad también demuestran una transmisión silenciosa.
El espectro clínico del dengue tan variado explica la diversidad de cuadros clínicos que podemos encontrar en una población durante una epidemia, pero la mayoría de los pacientes estarán con sintomatología leve y posiblemente ni siquiera buscarán atención médica; otros tendrán síntomas inespecíficos y otros estarán muy afectados, con gran postración y quizás con una evolución desfavorable, deterioro clínico y muerte; a veces en pocas horas.
Cada uno de los cuatro virus del dengue puede producir cualquiera de las manifestaciones clínicas.
La fiebre de dengue o dengue clásico es una enfermedad viral aguda caracterizada por:
1. Fiebre, frecuentemente alta y repentina. Tradicionalmente se observaba fiebre alta resistente a los antipiréticos, pero recientemente también se está viendo casos incluso con febrícula (Temperatura superior a 37º C e inferior a 38º C)
2. Dolor de cabeza fuerte, frecuentemente descrito como retro-ocular.
3. Mialgias (dolores musculares) y artralgias (dolores articulares) que pueden ser muy severas.
4. Náuseas y vómitos.
5. Puede estar presente desde los primeros días, una erupción cutánea en diferentes etapas de la enfermedad, cuyo aspecto puede ser variable: puede ser maculopapular, petequial o eritematosa. No se ha demostrado que el exantema sea un factor de pronóstico.
6. Manifestaciones hemorrágicas, que se explicarán más adelante.
7. Anorexia, gran astenia, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
8. Los síntomas respiratorios (tos, rinitis, faringitis) son frecuentes.
9. Otros síntomas menos comunes, tales como picazón y alteraciones en el sentido del gusto, particularmente un sabor metálico o amargo.
Su evolución depende mucho de la edad del paciente. Los lactantes y pre-escolares pueden presentar una enfermedad febril, de curso benigno o una sintomatología moderada, con fiebre acompañada de eritema cutáneo.
Los escolares, adolescentes y adultos, generalmente presentan manifestaciones más severas; se inicia con fiebre alta (39 a 40°C), que aparece entre los 3 y 5 días de su contagio, caracterizada por un inicio brusco, intermitente y mantenida durante los primeros 3 días, a partir de cuando sobreviene un período de remisión pudiendo reaparecer con menor intensidad posteriormente.
¿Cómo se puede prevenir?
La única forma de prevenir la enfermedad es mediante el control del mosquito y sus criaderos y la detección rápida y temprana de los casos. La vacuna contra el dengue está en etapa de investigación.
El control del mosquito, además de medidas sanitarias internacionales, requiere del apoyo de la comunidad. Así, en las zonas con presencia del vector, se pueden eliminar los criaderos para los mosquitos, limpiando los sitios donde hay basura, manteniendo tapados los depósitos de almacenamiento de agua y vaciando los envases de agua, los neumáticos viejos y otros recipientes que pueden contener aguas detenidas. Estas acciones son simples, no implican recursos y pueden ayudar al control sin utilizar productos químicos.



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